domingo, 18 de octubre de 2009

A TI, ALMIRANTE

Te perseguí por los siete mares
para tan sólo una rosa darte.
Soñando con tu hermosura
la cual, en verdad, superaste

Mis cañones y arcabuces
a tu corazón apuntaban
y por verte rendida a mis pies
me convertí de justiciero en pirata

Mas tu te mantienes distante
y no me das esperanza
Dios andina de la hoguera
¡Volveré por ti con mi espada!

Y no me importa ya quién caiga
tú serás mía o de nadie
y nuestro fugaz encuentro
si me toca a mí la derrota
será mi mas dulce recuerdo.

No hay comentarios: