Dos traviesas mariposas,
tus manos
aleteando grácilmente
recorren pícaras mi piel.
Sobrevuelan dulcemente,
solo apenas rozando
mientras al éxtasis sublime
abandonar me voy dejando
Y en el centro de mi pecho
la flor de la vida se abre
exhalando un etéreo néctar
que libas con tiernos labios.
Abre tus alas y vuela
déjate llevar por el viento
penetra en la vida, gozosa
vive por siempre el momento.
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