Tus ojos, dos brillantes luceros
que mis horas oscuras iluminan
marcando con fuego mi rumbo
hacia aquella esperanza perdida.
Tu boca, que cálida siento
transmitir a mi alma tu aliento
dando con solo una sonrisa
fuerza al mayor sentimiento.
Tus manos, pétalos de rosa
que calman mis tensas angustias
a través de suaves caricias
invocando el deseo dormido.
Tus piernas, que raudas te acercan
a mi lado sabiendo que espero
alejando así las distancias
que separan nuestros cuerpos.
¿Qué mas decirte amada mía
para expresarte lo que siento?
Pues como niño asustado yo he sido
hasta que abriste una puerta en mi vida
el día en que te he conocido
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