Fue apenas una brisa
transformada en huracán
y la nave de mi alma
levó anclas y zarpó
Con destino incierto
por las rutas del azar
sin saber si a buen puerto
algún día va a arribar
Y va proa a los tornados
a los dioses desafiando
sabiendo de antemano
que esta batalla es la final
La gloria o el naufragio
la pueden esperar
pero a mi alma atormentada
¡Ay! Los dos lo mismo dan.
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