domingo, 27 de septiembre de 2009

ESCULTURA

Un molde perfecto
para el placer es tu cuerpo
cuando mis manos dibujan
en tu suave piel
tu propia figura.

Escultura viviente,
vas tomando la forma
que, entre espasmos de éxtasis
mis caricias provocan.

En tus distintas posturas
y tus variados gestos
tu belleza resalta
lo que para mí nunca acaba.

Pues cada encuentro contigo
es una obra de arte que,
ni aún el mismo artista,
jamás hará igual a si misma

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