Tienes mi alma en tus manos
en este preciso instante,
Pues yo la he volcado
en este burdo papel:
Cada palabra en él vertida
es un pedazo de mí,
un recuerdo,
una idea, un sueño,
o sólo un delirio, tal vez;
cada uno reflejo
de lo más profundo
de mi ser.
Tienes el poder ahora,
de darle vida a esta poesía,
o matarla, arrojándole
a la fría indiferencia.
Haz lo que quieras con ella,
puedes aceptarla o rechazarla,
tirarla, guardarla, o regalarla,
pues ella, en silencio
y sin que lo hayas advertido,
una vez que la has leído,
simplemente así,
habrá su misión cumplido
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