miércoles, 23 de diciembre de 2009

ALGO QUE ALGUIEN ESCRIBIO

Los Paralógicos
Agosto 20, 2007 a 8:22 pm (Cuentos, Los Paralógicos)
LOS PARALÓGICOS
1
Es decir… a ver cómo, ¡pucha que lo intento!, pero esta vez no voy a llegar. Si hubiera un modo de que me creas. Las constelaciones recién se ven después de las estrellas. Sí, ya sé, me pongo en difícil y los “¿Qué querés decir?” me vienen a escrache. Pero, ¿algo te dice eso de “solo el amor salvará al mundo”?.

2
Omar Bruni subió a la línea quince y nos entregó poesías gratis, “aunque el que quiere colaborar que lo haga”. Colaboramos varios a modo de diezmo para su iglesia itinerante. Sobre la cohesión y la sintaxis, Dios nos libre de Bruni. Sin embargo, es la cara de él lo que otra vez me generó horror metafísico, de como quien conversa con ángeles.

¿Entonces existen? Si, viejo, existen. Hay que saber ver para descubrirlos. Primero, te das cuenta por el ambiente, que no es algo sexual sino espiritual, es como una calma que emiten los ojos. Entiéndase, del mismo modo que una ojera imita irritación, un luminar anida en la pupila. Los árboles donde se posa la energía chi son esos paralógicos andantes, peregrinos de la rama mayor.

Paralógicos los llamo y poco se sabe de ellos, pero ellos ven ángeles, seguro. A esos tipos, les terminamos pagando la paz que nos propalan, y no por sus planos que son mamarrachos, mezcla de Uccello y Agalma. Los Paralógicos están saliendo a la calle. No te van hacer más ricos, pero saben que el sueño a realizar es justamente “la defensa de no matar al sueño” como decía Bruni. Por eso en vez de traer el sueño se zambullen ellos en él. Y navegan en la música lunera, navegan estos bichos y cómo…

En tanto apariencias, ellos se ven casi igual a los demás, pero It takes one to know one, como si un taller cuatro, un foto shop les mejorara el rostro (frontalín para lo elefantes, feromonas si es león). Van más allá de las palabras. Porque nombrar una mesa, bueno vaya y pase pero cuando te digo una actitud, te estoy hablando de una conjunción de elementos que originan que todo ese suceso sea como una pieza musical, donde la idea de equipo sirve por sobre la de grupo. Al paralógico te lo ves venir, pero no te sentís invadido. Vos lo ves hablar y oís que no tiene malas intenciones. Vos te dejas llevar por él porque está como anestesiando tu lógica.

¿La energía los eleva a los paralógicos? Bueno, no sé, son auténticos; que dentro de tanto hipócrita, cínico y miedosos con ganas, una señal de que por allá y por ahí caminan paralógicos, dale entonces por epifanía y basta.

Ellos son hombres, seguro, que, si les preguntas por qué están con esa sonrisa tatuada, te dirán que no hay ninguna sonrisa y sin embargo… Sonrisa que vive detrás de la boca. Cierto que no son, necesariamente, hombres cultos (aunque podrían serlos). Sí son hombres, hombres que trafican emociones. Sé que como a Cassandra lo que digo no se me cree pero pasa, he visto a dos, y sé que hay más porque ellos son el índice no el epílogo. Los he visto antes, pero no sabía lo que veía. Ahora puedo señalarlos a los paralógicos. Esos hombres siguen un impulso secreto, un perfume que no hace crecer flores todavía.

3
“Como ellos”, es lo más que uno puede pedir. En la torta de cumpleaños se me dice: “Pedíte un deseo”. “Bueno, quiero ser paralógico y quiero andar descalzo pero sin pincharme, o sea, flotando suavemente”. Y casi que apago la vela número, pero no, la vela no quiere que se apague. La vela se pone caprichosa porque es la candela de Odín. De repente a través de la vela sucede un alephito, un cuadradito, un octaedro. Métete dentro. Alicia, hacelo ahora, dale. Seguí el campo de emanación y vivirás ligero .Que un paralógico saca su oído de su oreja y lo deja en su corazón. Que otros serán mazacotes para celebrar el estruendo que tapa la música del paralógico.
4
Un paralógico es un impostor en rituales por eso siempre se sienta en el sacrificadero. Los mazacotes se emborrachan y se caen al piso porque ese es su estado. No paran de reírse porque caerse al piso es su objetivo ya que se esconden de las sombras. Sombras que están siempre en alguna superficie (detrás de algún objeto). Los paralógicos se emborrachan hasta dejar caer sus topes, y no paran de reírse para que el nihilismo llegue y luego la trascendencia los transporte no a casa temprano sino de caza y bien tarde.
Por su parte, las sombras tejen sombreros que la costumbre se pone. Las sombras vienen a uno, más los paralógicos las atraen porque tienen lucecitas de aquella vez que ayudaron a cocer con esperanza el velo de las infelices. Los mazacotes se esconden de la sombras porque son peludos. Además, no quieren sombreros pero los usan igual. Creen que el mejor método para terminar con el problema del pelo es empezar por el cuello: cortar de raíz. Los paralógicos, en cambio, terminan de tantos sombreros como un tótem.
5
A medida que más te escribo, el aura mejor se teje en la mano que mira al espejo. La sombra tiene como un brillo propio. El noble sendero es caminado por el crepúsculo. Y yo sigo aquí, con que me voy, me voy y me quedo. Como ese que cuenta historias que arrancan con los invitados y termina con los personajes. Como ese que aprendió a escuchar música con la luz del planeta apagada. Como ese que llama al mozo mientras pone un pelo en la sopa, o le molesta que haya cabellos de ángel entre el plato y su pelo.
Sé que habrá un día en que el dulce se vaya del chocolate. Para ese entonces, ya no habrá amor de cines, y la cenicienta a las doce se transformará en bicho canasto. Para ese entonces, pedirás a gritos un sonido, pero no tendrás más que fauces, y el león, rey de la selva, se volverá tan estúpido que morderá su cola y creerá en sus heces. Después, las eses de los borrachos. Son eses que nunca permiten que lleguen a horario, por contrario, hacen que se pierdan primero en la ciudad y después en la vida burguesa de carne los domingos, con pan, con vino, con un aplauso para el asador y todo eso
Hay un paralógico recitando poesías pero en realidad lo que hace es contagiar su niñez a todo lo que no supere el metro con veinte.

No hay comentarios: