domingo, 15 de noviembre de 2009

INGRATITUD

Cuántas veces, amor mío
sobre mi hombro lloraste
que, acogedor te sostenía
mientras en desgracia caías

Hoy, que al fin echaste buenas
de mi amor te olvidaste
y con cinismo me dices
ya no necesitarme

1 comentario:

BLKJK dijo...

Ocurre...y cambia a las personas.
Al menos a mi me acentúo mi mayor defecto, el rencor.