Por la espalda y sin aviso
clavó ella su daga con saña
mientras sus lágrimas hipócritas
envenenaban mis entrañas
Ella dijo que me amaba
y esa iba a ser nuestra casa
pero a otro se entregó
en tan sólo una semana
Encima buscó la forma
de hacerme sentir culpable
que no la supe comprender
y que no era yo confiable
Que fue todo un accidente
que simplemente pasó
un flechazo de un instante
y en la historia quedé yo
Y tumbado en mi propia tumba
desde entonces me encuentro
y así termina el relato
conmigo muerto por dentro.
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